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ACERCA DE H

El Sermón de la Montaña hoy - Ser responsables ante El Uno 

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Bienaventurados los que hoy lloran, porque serán consolados (aquí y ahora).

 

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia (aquí y ahora).

 

Bienaventurados los de noble corazón, porque conocerán a Dios (aquí y ahora).

 

Bienaventurados los que padecen persecución o marginación por ser justos, porque ellos han de heredar la Creación de Dios (aquí y ahora).

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Valores que buscamos promover

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  • ​Ser conscientes de que todas las bondades que alcancemos en nuestra vida no son nuestro mérito, no nos pertenecen, y constituyen bienes otorgados en usufructo que deberemos devolver más pronto o más tarde.
  • Ser conscientes de que los infortunios sí son nuestro propio patrimonio, tolerándolos con paciencia y, hasta donde sea posible, con alegría, porque la desdicha y el dolor son todos nuestros, como enseña el seráfico maestro, y nos cabe enorgullecernos de algo que legítimamente nos pertenece, ostentándolo con dignidad.
  • Mantener nuestra mente en el presente en la mayor medida posible, procurando la atención plena en todas nuestras acciones, porque sólo el presente es real, mientras que el pasado y el futuro son fantasmas.
  • Trabajar nuestro concepto de lo Absoluto a través de su experimentación directa en comunidades que sacralicen el trabajo como una forma propia de vida ética, con prácticas espirituales comunes libremente consensuadas por el grupo. Y estar alertas ante falsos profetas, líderes, ideologías, o ambiguos preceptos, y ante todos los intereses que se manipulan para medrar con la acumulación de poder temporal.
  • Buscar consagrar a esa instancia superior, a lo largo de la jornada, nuestros trabajos, afanes y pensamientos, solicitando Su auxilio para alcanzar resultados fructíferos más allá de nuestras grandes limitaciones. En particular consagrarle los momentos de las comidas, porque ellas constituyen un acto de apropiación inmerecida del universo por nuestra parte, y corresponde agradecer cada día ese sustento de nuestra vida.
  • Aprender del estilo de Dios para aplicarlo en nuestras humanas relaciones: Dios, el todopoderoso, hace salir el sol para todas las criaturas. Dios no fuerza el reconocimiento del impío, no castiga sus desprecios, y concede la oportunidad de ser libremente discernido y optado, con frecuencia, incluso, luego de toda una larga vida en el error. ¿Qué ser tan locamente soberbio y depravado es el que pretende forzar a sus semejantes a ceñirse estrictamente a sus propias creencias y a actuar en consecuencia ?

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